Las denuncias interpuestas en la Comisaría de Jaén sobre los hurtos sufridos por dos joyerías de la capital fueron motivo para iniciar dichas investigaciones.
Primero roba 82.000 euros en joyería y, en el momento de su detención, el individuo pidió “auxilio” al grito de “¡que me lleva la Policía!”, momento en el que hasta 15 de sus familiares acosaron y agredieron de manera violenta a los policías, algunos de ellos sufriendo diferentes lesiones y otro con baja médica.
Agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, de la Comisaría de la Policía Nacional en Jaén, han resuelto dos hurtos ocurridos en diferentes joyerías de la capital, donde el arrestado sustrajo joyas que superan los 82.000 euros. Fruto de las investigaciones, los agentes encontraron también, durante el registro del domicilio del detenido, una escopeta con los cañones y la culata recortadas, sustraído de un robo ocurrido en una vivienda en el año 2017.
Las denuncias interpuestas en la Comisaría de Jaén sobre los hurtos sufridos por dos joyerías de la capital fueron motivo para iniciar dichas investigaciones. En ambos casos, la sustracción se había realizado con el mismo modus operandi: el presunto autor entraba en la joyería mostrando interés por diferente joyas, mientras esta siendo atendido, con gran habilidad distraía al dependiente para sustraer al descuido varias alhajas que dejaba caer en una bolsa que llevaba entre sus piernas, en el suelo. En uno de los establecimientos llegó a sustraer dos mantes de esclvas y cadenas de oro que superan los 80.000 euros. Posteriormente y sin que los dependientes cayeran en la cuenta, se despedía y salía tranquilamente del establecimiento.
Los agentes interrogaron al personal de una y otra joyería y todos coincidían en la misma descripción física, coincidiendo ademas en un tatuaje que les llamó la atención. La investigación llevó así hasta un varón con numerosos antecedentes policiales que residía en la ciudad de Andújar. Después de días de vigilancia, los agentes observaron al arrestado cómo salía de la vivienda procediendo a su interceptación y detención, mostrando en todo momento una actitud agresiva y desafiante e intentando darse a la fuga, siendo interceptado y comenzando un fuerte forcejeo en el que agredió a los agentes mediante mordidas, patadas y puñetazos. En este momento, hasta 15 familiares comenzaron a agredir violentamente a los agentes que recibieron patadas, puñetazos y mordiscos, llegando uno de ellos a mostrar una arma blanca en tomo amenazante.
Puesto a disposición de la autoridad judicial el presunto ladrón se decretó su puesta en libertad.